Arranca tu carrera y alcanza tus metas profesionales
¿Lo tienes todo listo para llevar tu carrera al siguiente nivel? La plantilla de desarrollo profesional desmitifica el proceso. Te ayuda a evaluar tus puntos fuertes y áreas de mejora, a identificar oportunidades para perfeccionar tus habilidades y a proponerte objetivos profesionales que sean alcanzables y cuantificables. Irás por el buen camino en un abrir y cerrar de ojos; con un poco de ayuda de tu supervisor, por supuesto.
Empieza evaluando tus puntos fuertes y áreas de mejora. Analiza el trabajo que has realizado desde que asumiste este cargo. ¿Qué ha ido bien? ¿Qué podría haber ido mejor? Desglósalo todo y presta atención a las habilidades y competencias que aparecen en tu perfil laboral.
Si no sabes con seguridad por dónde comenzar, fíjate en tus revisiones de rendimiento anteriores, así como en los comentarios del supervisor y de los compañeros. Esto debería ayudarte a encontrar un punto de referencia y a identificar las habilidades o competencias que te puedes centrar en mejorar durante el próximo ciclo de revisión.
Proponte entre 3 y 5 objetivos para el próximo ciclo de revisión. Estos objetivos deberían ser específicos, cuantificables y alcanzables, y deberían estar relacionados con tu perfil laboral. Para cada objetivo que te marques, escribe cómo planeas cuantificar el éxito, identifica la ayuda que necesitarás y realiza un seguimiento de las oportunidades que te permitirán lograrlo.
Por ejemplo, si te pones como meta aprender inglés, podrías apuntarte a clases en línea para mejorar tus habilidades lingüísticas. Para saber cómo vas, puedes pedirle a un compañero bilingüe que evalúe tus interacciones con los clientes angloparlantes.
Organiza sesiones de control periódicas con tu supervisor para mantenerte en el buen camino. Cada vez que os reunáis, actualiza la fecha de la columna Última actualización y añade una descripción de una o dos frases sobre tus progresos desde la última vez que os visteis. Aunque no hayas hecho ningún avance, es fundamental que tomes nota de ello. De esta forma, te harás realmente responsable de tu desarrollo.
Si el supervisor está ocupado, puedes pedirle a un compañero que se reúna contigo para tener a alguien con quien charlar con regularidad sobre tus objetivos. Esa pequeña presión social puede hacer maravillas. Incluso podrías devolver el favor en un futuro.
Crea un plan de 90 días para que las nuevas incorporaciones se pongan al día con rapidez y triunfen en su nueva función.
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