Esboza un método sólido que ayude a los empleados con dificultades a corregir la situación
Resulta complicado cuando un empleado no es capaz de llevar a cabo sus responsabilidades en el trabajo. Queremos que todos lo hagan bien, pero las incidencias no desaparecen solas. Un buen plan de mejora del rendimiento (PIP) ayudará a aquel empleado que luche por cambiar las cosas y lo encaminará hacia el éxito a largo plazo. Ahí es donde entra en juego esta plantilla. Ofrece a los gestores una marco de trabajo para definir las expectativas, los déficit y los objetivos de forma clara, de modo que los empleados se sientan apoyados a medida que resuelven las incidencias.
Que te incluyan en un plan de mejora del rendimiento puede parecer devastador. Aunque el despido no es el objetivo de este tipo de planes, sí que es una posibilidad. Lo ideal es que la carta que escribas transmita la gravedad de la situación, pero no desmoralice a los empleados. Además de explicar el cronograma y el posible resultado, la carta debería reflejar que los planes de mejora del rendimiento representan una oportunidad.
Antes de entrar en las incidencias y los objetivos específicos de rendimiento de la siguiente sección, dedica un tiempo a revisar la carta modelo. Empieza por rellenar los nombres del empleado y el empleador, la fecha y la duración del plan de mejora del rendimiento, y tu nombre e información de contacto. Después, realiza los cambios necesarios para adaptar la carta a la situación concreta.
Cuando termines con la carta, crea un plan de acción. Para empezar, elabora una lista con las incidencias de rendimiento que el empleado tiene que abordar. En cada una, anota las expectativas que no está cumpliendo (esta información debería proceder del perfil laboral del empleado), describe cuáles son sus fallos y ofrece algunos ejemplos concretos para ilustrar el problema. Luego, propón un objetivo relacionado con cada incidencia que sea específico, procesable y alcanzable en el plazo del que se dispone.
Los mejores planes de mejora del rendimiento brindan a los empleados orientación sobre cómo conseguir cada objetivo, ya sea trabajando con un tutor, realizando una formación o reservando tiempo para centrarse en una tarea en particular. Puedes incluir esta información con el objetivo.
Siéntate con el empleado y repasad juntos el plan de mejora del rendimiento. Muéstrale las incidencias y los objetivos de rendimiento, dale tiempo para que procese la situación y plantee sus dudas, y pregúntale qué tipo de apoyo cree que necesitará para alcanzar los objetivos del plan (por ejemplo, una tutoría con otro miembro del equipo o formación práctica). Dedicar tiempo a hablar cara a cara demuestra tu compromiso con el éxito del empleado e interesarte por conocer sus impresiones le ayudará a sentirse motivado.
Tanto tú como el empleado debéis firmar el plan de mejora del rendimiento. Infórmale de que esta firma no implica que esté de acuerdo con tu percepción del problema, sino simplemente que lo admite.
Crea un plan de 90 días para que las nuevas incorporaciones se pongan al día con rapidez y triunfen en su nueva función.
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