Un proceso ágil bien sintonizado en el equipo es la base del desarrollo de software ágil eficiente. Sin embargo, para ser eficaz y lograr los objetivos de mercado y de empresa deseados, es fundamental sintonizar el trabajo diario del equipo con los objetivos estratégicos de la organización.
En este artículo veremos cómo conectar la ejecución del equipo con las estrategias de la empresa de forma que la agilidad de toda la organización se maximice.
Conectar las estrategias de la empresa con el desarrollo ágil
La clave para armonizar la estrategia de la empresa con lo que está sucediendo en la línea de fuego del desarrollo es definir claramente los temas, los objetivos y las métricas.
- Los temas son grandes áreas de trabajo relacionado, definido durante un tiempo y orientado a un fin concreto. Por ejemplo, un tema podría ser la simplificación del flujo de un carrito de la compra durante los dos trimestres siguientes. Los temas son un marco importante de referencia para los equipos. Les sirve para verificar si su trabajo está contribuyendo al progreso de las iniciativas empresariales. Gestionar el trabajo por temas también ayuda a que los responsables comprendan si se han asignado suficientes recursos para obtener un buen resultado o si los temas no tienen los fondos suficientes.
- Los objetivos y métricas definen un futuro estado deseado, concreto y mensurable. En la gestión de carteras ágil, los objetivos generales dan contexto a los temas y se pueden dividir en subobjetivos para dirigir acciones mensurables en todos los niveles de la organización. Por ejemplo, un 20 % de reducción de carritos de compra abandonados.
- Céntrate solo en algunos temas bien definidos. Menos es más. (Cinco o menos sería lo ideal).
- Comprueba que toda la organización conoce los principales temas actuales.
- Define un objetivo principal por tema y mídelo con una métrica clave.
- Adapta los objetivos de toda la compañía para cada nivel de la organización para apoyar la estrategia de la compañía.
- Marca objetivos agresivos pero factibles.
Una vez definidos los temas, objetivos y métricas más altos, los departamentos y los equipos pueden derivar sus subobjetivos concretos (y, finalmente, sus iniciativas clave) a partir de los temas. Los subobjetivos y las iniciativas clave ayudan a definir las funcionalidades del producto y/o los proyectos. Como resultado, cada equipo de software debe comprender cómo contribuye cada tarea en los objetivos y temas. En otras palabras, qué importancia tienen para la estrategia general.
El marco anterior tiene dos propósitos:
- Dedica el tiempo a lo más importante y evita el malgasto de recursos en cosas que no son objetivos.
- Proporciona el contexto que necesitan los miembros del equipo para tomar las decisiones correctas cada día.
Una organización no puede conseguir sus objetivos sin agrupar y orientar sus recursos. Además, independientemente del tipo de trabajo, las personas toman cada día innumerables decisiones de compensación sobre cómo se llevan a cabo las tareas. En última instancia, los responsables no pueden y no deben implicarse en esas decisiones a pequeña escala. Los gerentes solo puede facilitar la información y el entorno adecuados para que las personas actúen en aras del interés de los objetivos generales.
Hay muchos marcos distintos que emplean diferentes terminologías con fines similares. Los objetivos y resultados clave (ORC) constituyen un ejemplo de marco popular y extendido. En términos prácticos, creemos que importa más la ejecución eficiente que el marco o la terminología, y no estamos más a favor de uno que del otro.
Aportes y pasos siguientes
Conectar el desarrollo del día a día con la estrategia empresarial es un proceso bilateral. Mirándolo de arriba abajo, es fundamental establecer límites y dirigir áreas de trabajo para los equipos ("definir el espacio aislado", por así decirlo). Estas áreas de interés se derivan directamente del plan de negocios y la estrategia empresarial general. Cada área de interés debe tener un objetivo final claramente definido y medible. Desde abajo hasta arriba, asegúrate de que todos saben a qué temas y objetivos contribuye cada tarea. Plantea tus dudas si esto no queda claro, si indica discrepancias entre los objetivos o una falta de orientación.
La hoja de ruta es un buen comienzo, sobre todo si la implementación de temas y objetivos intimida. La hoja de ruta obligará a los propietarios de productos a pensar seriamente en cómo contribuyen los epics y las historias de usuario a la estrategia empresarial y si algunos ámbitos de trabajo concretos son importantes. Los temas también ayudan a realizar un seguimiento de las inversiones en recursos al inicio del proyecto. Realiza el seguimiento de las inversiones en cada nuevo tema en la hoja de ruta para garantizar que todos los temas estén bien financiados y no destinados al fracaso.
En general, el secreto es fomentar la conversación y la reflexión constantes sobre el trabajo, y dirigirse con rumbo fijo hacia el objetivo a largo plazo, en lugar de dar tumbos por trabajos tácticos del día a día.