¿Sabías que Amazon empezó vendiendo libros universitarios de segunda mano? Aunque ahora la empresa vende millones de productos distintos (y gana miles de millones de dólares más), todo empezó con la sencilla idea de enviar libros a los universitarios. Puede que esta asombrosa transformación sea uno de los mejores ejemplos del principio del producto viable mínimo en acción.
¿Qué es un producto viable mínimo (MVP)?
En pocas palabras: un producto viable mínimo, o MVP, es la versión más sencilla de un producto que hay que crear para ponerlo a la venta en un mercado. El concepto de producto viable mínimo, o MVP, lo presentó por primera vez Eric Ries, maestro de la metodología lean startup. Así define el MVP:
"La versión de un nuevo producto que permite al equipo recopilar los máximos conocimientos validados sobre los clientes con el menor esfuerzo".
Importancia y ventajas de implementar los MVP
El concepto de MVP proviene de la metodología lean startup, que fomenta el aprendizaje y el desarrollo teniendo en cuenta la escalabilidad. Por eso, la creación de un MVP supone dar un primer paso de bajo riesgo para tu bolsillo y tu empresa que luego podrás evaluar, perfeccionar y ampliar paso a paso. Ese primer paso te ayudará a conocer el interés del mercado en tu producto. Así sabrás si debes mejorarlo, limitarlo o tal vez incluso añadir funciones adicionales para que el producto sea comercializable.
Las ventajas de centrarse en un MVP e ir escalándolo pueden variar, pero el objetivo es crear un prototipo de bajo riesgo y probarlo antes de invertir miles (¡o millones!) de dólares en un producto para que esté listo para su venta. Gracias a la evaluación del MVP se pueden ahorrar costes, obtener información valiosa para lograr un diseño centrado en el usuario, lanzar negocios rápidamente e incluso conseguir la aprobación temprana de los inversores. La información valiosa y la inversión que obtendrás en la fase temprana te ayudarán a crear el producto con el que tú y tus clientes estabais soñando.
Cómo diseñar un MVP efectivo
Diseñar el MVP puede ser una de las partes más complicadas de tu estrategia empresarial, pero es una de las más importantes. El MVP debe enfocarse en los puntos problemáticos de los clientes, ofrecer un modo de recopilar información sobre ellos y limitarse a unas pocas funciones. Considéralo como el prototipo de tu concepto empresarial, centrado exclusivamente en la medición del coste y del impacto de las funciones clave y, al mismo tiempo, en acreditar su valor ante clientes e inversores.
Definir el MVP se reduce a una idea y una validación específicas que requieren una colaboración en equipo ágil. Estos son los pasos más habituales para crear un MVP:
1. Identifica los puntos problemáticos de los clientes
¿Qué problema estás intentando solucionar? Pongámonos en la piel de los fundadores de Uber, Garrett Camp y Travis Kalanick, en el año 2008. Supongamos que acudes a una conferencia en una gran ciudad y entiendes que coger un taxi a altas horas de la noche o cuando hace mal tiempo puede ser complicado. Entonces se te ocurre crear una solución con la que puedes utilizar el teléfono para que te lleven al hotel. Hablas con los usuarios potenciales y les preguntas por sus preferencias: ¿se imaginan poder coger un taxi con solo pulsar un botón? ¿Qué les parecería enviar un mensaje de texto a un taxista para que les lleve a casa? ¿Cómo preferirían pagar el viaje? Así haces un estudio de mercado y puedes hacerte una idea de quién necesita tu solución y qué esperan de ella.
Un estudio de mercado para desarrollar un MVP puede incluir:
- Análisis de la competencia
- Análisis de oportunidades y DAFO
- Encuestas, entrevistas individuales y grupos de muestra
Toma los resultados de tus estudios y entrevistas y valídalos con datos. Esto te permitirá entender mejor las necesidades y los puntos problemáticos de tus clientes, así como identificar qué funciones imprescindibles necesita tu producto para aportar valor, y te ofrecerá un buen testimonio que podrás utilizar como prueba de concepto durante la fase de inversión.
A partir de sus estudios preliminares, Camp y Kalanick desarrollaron "UberCab", la primera edición de la popular aplicación Uber que conocemos actualmente. El MVP era una versión basada íntegramente en los SMS, que permitía a los usuarios pedir un taxi con un simple mensaje de texto. El resto, como suele decirse, es historia.
2. Describe el panorama competitivo
Es probable que en el año 2006 tu servicio para pedir taxis no tenga muchos competidores. Pero en 2023 los servicios de viajes compartidos abundan y se solapan entre una y otra aplicación. ¿Qué hará destacar a tu servicio? ¿Hay algo que pueda faltar a los clientes? ¿Cuál es el valor monetario de esos puntos problemáticos para el cliente? Elabora una lista con las ventajas y las desventajas que ilustre en qué medida tu servicio destaca en relación con la competencia.
3. Prueba la validez del MVP
Identifica un grupo beta o testers internos de tu equipo que puedan probar la tecnología básica, ya se trate de una página de destino, una línea de SMS (como Uber en un principio) o una aplicación básica de una página. Cumple los plazos y haz que tu equipo de pruebas se centre en la funcionalidad y la capacidad de resolver los puntos problemáticos. Esto te ayudará a aportar ideas y a entender qué necesitas para mejorar y perfeccionar el producto antes de ponerlo a disposición de los primeros usuarios.
4. Prepárate para el lanzamiento
Si tu MVP supera la fase de evaluación, estás de enhorabuena. Tienes algo especial. Ahora es el momento de investigar, desarrollar, probar, corregir, lanzar y seguir ideando. Una vez que hayas consolidado las pocas funciones seleccionadas desde el principio, puedes lanzar el MVP para tu primera base de clientes e iniciar el ciclo de feedback desarrollar-medir-aprender.
¿Cuáles son algunos ejemplos de MVP?
El MVP no es solo un prototipo que se vaya a descartar a largo plazo. Hay muchos productos y servicios en el mercado que empezaron como un MVP y fueron expandiéndose hasta convertirse en referencias por derecho propio.
Amazon
A principios de los años 90, Jeff Bezos leyó que la industria del comercio electrónico sería el próximo gran sector empresarial y aprovechó la oportunidad para descubrir en qué mercados tendría más éxito. Con el tiempo, creó una librería como producto mínimo viable que regentaba desde su garaje. El éxito de la librería llevó a la demanda de otros productos, como aparatos electrónicos, ropa y zapatos. Fue ese primer paso, utilizar los libros como MVP, lo que le dio la información necesaria sobre los clientes para llevar Amazon al siguiente nivel. ¿Quién hubiera pensado que una pequeña librería con una página web básica se expandiría hasta convertirse en la tercera empresa más grande del mundo en solo 20 años?
Uber
Sí, la aplicación para compartir viajes que todos conocemos y que tanto nos gusta no comenzó como una aplicación móvil. De hecho, los fundadores, Garrett Camp y Travis Kalanick, aprovecharon la idea de un MVP para desarrollar un servicio de SMS solo para iPhone llamado UberCab en San Francisco. Probaron la experiencia de usuario y la perfeccionaron en la ciudad antes de poder reunir capital de riesgo y crear la aplicación que gestiona 19 millones de trayectos cada día en todo el mundo.
Uber ha tenido diversas versiones y ha aumentado su alcance año tras año con el feedback recopilado de su base de clientes. Si bien UberCab empezó solo con taxis, en su segunda versión Uber incorporó coches negros y conductores independientes y creó la experiencia de trayectos compartidos que todos conocemos y utilizamos actualmente. A lo largo de varias versiones, hemos visto cómo Uber se expandía mucho más allá del MVP e incluía trayectos compartidos, opciones de viaje accesibles e incluso helicópteros en algunos pequeños mercados.
Spotify
Allá por el año 2006, surgían servicios de streaming y fracasaban una y otra vez, debido a sus bibliotecas limitadas y de baja calidad, a los altos precios de las suscripciones y a la inestabilidad del streaming. Por ello, Daniel Ek y Martin Lorentzon crearon Spotify como una página donde podían probar su tecnología de streaming con los usuarios de la beta y financiarla con los ingresos por publicidad de la página. Su objetivo era hacer que la reproducción fuera rápida y estable para convencer a las discográficas y a los inversores de la calidad del producto. Una vez superadas las pruebas de mercado, Spotify y su posterior aplicación se lanzaron al público para convertirse en el gigante del streaming que conocemos ahora.
Más allá de los MVP
El producto viable mínimo (MVP) no es lo más importante para tu negocio. De hecho, el concepto de MVP ha evolucionado hacia soluciones más refinadas, como el producto mínimo que provoque adoración (MLP) o el producto mínimo comercializable (MMP).
El producto mínimo que provoque adoración (MLP) es un producto centrado en el cliente que a los usuarios les encanta desde el principio, y que se define por sus características que ofrecen lo mínimo que un producto necesita para que les encante. Que el producto o servicio les encante depende de la experiencia que ofrezca. Es decir, de que aborde directamente los problemas que tienen y que quieren resolver. Puede que el MLP ya tenga un mercado y competidores, pero es la opción preferida por su precio, por ser una solución mejor o por su facilidad de uso. Con un MVP, la prioridad es llegar al mercado de la forma más rápida y asequible posible. Con un MLP, la prioridad es aportar el máximo valor al cliente.
Un producto mínimo comercializable (MMP) es la siguiente fase, en la que tu MVP o MLP está listo para venderse al usuario final. El MMP es el producto más simple que el mercado aceptará antes de que se integren nuevas funciones. Con un MMP, has desarrollado tu producto y has demostrado su valor para el cliente mediante pruebas. En lugar de un prototipo como podría ser el MVP, el MMP está listo para salir al mercado entre los primeros en adoptarlo. Piensa en cómo Spotify se desarrolló como una página como MVP. Cuando pudieron desarrollar una aplicación y un servicio de suscripción, se lanzaron al mercado como MMP.
Pon en marcha tu MVP con Jira Product Discovery
Crear un MVP no es tan fácil como parece. Podrías empezar creando un marco de trabajo que mantenga a tu equipo coordinado y lo prepare para el sprint de desarrollo del MVP. Y no hay mejor solución para ello que Jira Product Discovery.
Jira se creó pensando en el desarrollo de productos. Con él, tu equipo puede priorizar, colaborar y ofrecer nuevas ideas de productos en un solo lugar. Crea hojas de ruta de productos personalizadas en Jira para visualizar tus componentes básicos (alcance, personas y tiempo) y ayudar a los equipos a planificar en tiempo real. Puedes recopilar datos e información valiosa de los evaluadores de tu MVP, como oportunidades de productos, comentarios de los usuarios y solicitudes. Integra Confluence y Trello para incorporar resúmenes de misión, validaciones, mapeo de historias de usuario y otras técnicas visuales para descubrir productos durante tu desarrollo del MVP.
Un marco de trabajo de metodología ágil te ayudará a visualizar todas las funciones que tu producto necesita y cada paso que debe dar el equipo a lo largo del camino. En los epics, estos pasos se dividirán en tareas individuales y se indicarán las dependencias para que tu equipo trabaje de forma fluida a lo largo de una serie de sprints. Puedes vincular tus epics a una página de Confluence para añadir información valiosa de archivos de diseño o datos de estudios de usuario, de modo que todo el equipo pueda permanecer coordinado con el mismo documento.
Cuando hayas superado la primera fase de tu MVP, podrás volver a Jira para recopilar y analizar los comentarios. A medida que el equipo cree funciones y complete epics, podrás integrar funciones en el producto y recopilar más información valiosa. Luego puedes volver al epic, dar tu opinión y contexto, y ajustar el alcance. Esto fomenta el desarrollo continuo, sobre el que todos los miembros del equipo están informados y al que contribuyen.
Sigue avanzando hacia el éxito a medida que compilas, haces mediciones y aprendes. Tu equipo puede usar Jira para llevar tu MVP al siguiente nivel y lanzar un producto que llegue lejos en el mercado (quién sabe, puede que llegue a transformarlo).