FOMO o información: gestionar el exceso de notificaciones
Descubre cómo puedes programar alertas para que tú y tu equipo podáis ahorrar tiempo, estar informados y ser más productivos cada día
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Contactar con otras personas es hoy más fácil que nunca. Solo tienes que coger el móvil y tienes un sinfín de oportunidades para intercambiar al instante Me gusta, comentarios y mensajes con tus amigos, familiares y compañeros de trabajo. Cuanto más trabajamos a distancia (de forma remota, híbrida o distribuida, en los desplazamientos, en casa cuando los niños están enfermos, o cuando respondemos a un correo electrónico mientras vamos a por café), más formas buscamos de estar conectados. Esto nos permite hacer un buen trabajo y encontrar ideas brillantes.
Aunque gestionar las comunicaciones entre equipos interdisciplinares es clave para intercambiar conocimientos, no siempre resulta eficaz ni efectivo. En la gestión moderna de las comunicaciones, la esencia del problema es que a menudo dejamos que un pequeño sonido o un pequeño icono dirijan nuestro trabajo; las notificaciones y las alertas nos distraen y al final de la jornada nos damos cuenta de que hemos perdido una buena parte del día.
Las nuevas formas de trabajar y las nuevas responsabilidades laborales están haciendo evolucionar el entorno empresarial y suponen un cambio constante en la gestión del envío y la recepción de las comunicaciones. La cantidad y la diversidad de plataformas que usamos para comunicarnos, tanto en la vida personal como profesional, siguen en aumento. Podemos dejar que las herramientas nos controlen o elegir cómo controlarlas nosotros. Obviamente, una de estas dos opciones es más inteligente que la otra.
Podemos dejar que las herramientas nos controlen o elegir cómo controlarlas nosotros. Obviamente, una de estas dos opciones es más inteligente que la otra.
Sin embargo, la facilidad de acceso a los dispositivos hace que cada vez sea más difícil marcar límites con respecto a las notificaciones, tanto para nosotros como para los demás. Por un lado, cuando ocurre algo realmente importante, no queremos quedarnos al margen. Por el otro, el bombardeo constante de mensajes puede distraernos de las tareas realmente importantes.
¿Cómo podemos encontrar el equilibrio perfecto para estar al día sin que la información nos abrume?